Los consejos de El hombre más rico de Babilonia

no de los libros clásicos sobreplanificación financiera es El Hombre más rico de Babilonia, George Samuel Clason (7 de noviembre de 1874 – 7 de abril de 1957), que ha servido de inspiración para muchas personas que querían conseguir la libertad financiera y que, además, ha sido la fuente en la que han bebido posteriores libros de autoayuda financiera como Padre  Rico, Padre Pobre, de Robert Kiyosaki.

El Hombre más rico de Babilonia  no es en realidad un libro pensado como tal, sino que es fruto de la recopilación de los consejos financieros que, en forma de parábolas relacionadas con la antigua Babilonia, había ido escribiendo George S. Clason, y que algunos bancos y aseguradoras estadounidenses distribuían entre sus clientes preferentes para ayudarles a centrar sus inversiones. Los consejos acabaron siendo compilados y reunidos en este libro.
Es un libro destinado a aquellos que tienen un empleo (o algunos ingresos) pero que quieren ir dando pasos hacia lo que Kiyosaki llama libertad financiera; es decir, que el dinero trabaje por uno, realizando inversiones que permitan poco a poco que el flujo de ingresos (activos) sea suficiente para no tener que depender de un sueldo por cuenta ajena.
¿Cómo? Los consejos de George S. Clason se sustentan en uno principal:
De cada nómina o ingresos mensuales que recibas, págate a ti primero. Una décima parte de los ingresos resérvalos para inversiones antes de hacer ninguna otra cosa. Luego, aprende a vivir con el resto. Acomoda tus posibilidades a lo que te queda tras haberte pagado a ti mismo esa décima parte de tus ingresos. Si eso te impide tener un coche nuevo, sigue con el viejo o con uno más pequeño. Si no puedes comprarte una casa grande, vive en una pequeña, pero págate siempre a ti primero.
Estos son, en enunciados, los siete consejos de El Hombre más rico de Babilonia:
  1. Comienza a engordar tu bolsa.  (Principal consejo: empieza ahorrar. Un 10% de cada nómina o ingresos).
  2. Controla tus gastos. Tendemos a que nuestros gastos crezcan conforme a nuestros ingresos, y eso es un error. No hay que confundir gastos necesarios con deseos. Por mucho que se gaste, siempre hay un nuevo deseo por satisfacer. Esto lleva a reflexionar sobre los hábitos de vida de cada uno. Los gastos nunca deben superar los ingresos restantes tras haber retirado previamente el 10%.
  3. Pon a trabajar el 10% ahorrado. Aunque inicialmente los consejos de El Hombre Más rico de Babilonia se centraban en prestar ese dinero para obtener luego intereses por él, actualizado a estos días, sería invertir en negocios que permitan ir multiplicando cada una de las monedas ahorradas.
  4. Invierte primero en negocios de riesgo bajo. No gastes tu dinero ahorrado en atrayentes negocios con un nivel de riesgo elevado. Ya llegará eso con el tiempo. Los primeros pasos dirígelos hacia pequeños negocios o actuaciones que te ofrezcan rendimiento menor, pero con riesgo controlado. No te dejes tentar por el ansia ni por sueños de ganancias mayores. Consultar siempre a los expertos en cada campo y no fiarse de los que prometen mucho sin ningún pasado ni experiencia que les avale en ese campo.
  5. Posee tu propia casa. Uno de los consejos en revisión en la época actual. Aunque el libro aconseja poseer en propiedad la casa, porque hace más feliz al hombre y a su familia, y puede considerarse rentable (el dinero invertido revierte en una propiedad), autores posteriores que se han basado en la obra de Clason  inciden en que, en la época actual, un piso en propiedad implica cuantiosos préstamos, que obligan a muchos a estar años y años dedicando todos sus ingresos a gastos, y por tanto nunca podrán invertir. Si en lugar de comprarse una casa y endeudarse, la alquilan, la parte que consiguen ahorrar se convertirá en inversión y acabará permitiendo en unos años adquirir una casa sin necesidad de endeudarse.
  6. Asegurarse los ingresos futuros. A medida que el excedente va creciendo. Ni en Babilonia había prestación por jubilación, ni en la época que vivimos estamos seguros de que las pensiones sigan siendo en unos años como ahora. Por lo tanto, hay que pensar en cómo dejar un flujo de dinero no sólo para nuestra jubilación, sino para nuestros hijos cuando nosotros ya no estemos.
  7. Aumenta la habilidad para ganar dinero. Otro de los puntos que retoma Kiyosaki en Padre Rico, aunque de distinta forma. La educación financiera. Si Kiyosaki cree que uno de los problemas de la sociedad actual es la carencia de una sólida educación financiera en las escuelas y en la educación de niños y adolescentes, Clason mucho antes ya había dejado escrito en sus parábolas que cuanto más se aprende en el oficio, mejor es uno, y más puede ganar. Clason y Kiyosaki chocan sin embargo en otra parte de este punto. Para Kiyosaki, la especialización no es buena para e l hombre de negocios. Debe tener una visión global y confiar en sus trabajadores especializados para lograr los objetivos. Lógicamente, entre una y otra obra hay muchos años y unas sociedades distintas.
El resto del libro está integrado por otras parábolas que pivotan sobre estos consejos. Algunas de ellas hablan sobre la suerte y cómo aprovechar las oportunidades que se presentan, pero sustancialmente la aportación de Clason es la que ha quedado reseñada arriba.

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