La “terribilitis” como causa de infelicidad
El planteamiento central de El arte de no amargarse la vida, de Rafael Santandreu, es que nos preocupamos en exceso y muchas veces de forma irracional por cosas que probablemente no sucederán, o que no tienen importancia real o que sencillamente no tienen solución por más que tratemos de encontrarla (como la muerte, por ejemplo).
Dentro de ellas encontramos nuestras angustias por posibles catástrofes naturales, por fracasos en nuestra vida que no tienen por qué ocurrir necesariamente, etc. A su vez, el autor menciona determinadas creencias que se han convertido en dogmas en la sociedad moderna y que, según él, no son ciertas, como por ejemplo:
- La necesidad de tener a alguien a nuestro lado que nos ame, y la afirmación de que la soledad nos hará infelices.
- La meta de convertirse en “alguien en la vida” y de construir un patrimonio, incluyendo una vivienda en propiedad.
- La obligación de ayudar a los familiares, y que esta ayuda es básica para su felicidad.
- El tener que llevar una vida emocionante pues una vida “aburrida” es un desperdicio.
A su vez, Santandreu hace énfasis en lo que denomina “necesititis” o la locura de querer poseer todo tipo de comodidades materiales y riquezas. Para él, a las personas nos basta con “tener comida, bebida y un techo para los días malos, para ser felices”.
Superar los temores irracionales
En El arte de no amargarse la vida, Rafael Santandreu insiste en que no se trata simplemente de resignarse, sino de aceptar lo que no se puede cambiar e intentar mejorar las que sí podemos modificar.
Para ello propone un proceso de tres pasos: En primer lugar, hacer un recuento diario de las creencias irracionales que durante dicho periodo nos han producido algún tipo de angustia. A continuación, “desarmar” estas creencias, analizando, por un lado, las posibilidades de que realmente se materialicen y, por otro, relativizando su importancia. Por último, formular una creencias más racionales alternativas y buscar soluciones prácticas a los problemas que representan.
Una vez que hemos superado tanto la “necesititis” como la “terribilitis” estaremos en capacidad de vivir más plenamente, concentrados en lo que nos gusta, en nuestras verdaderas metas y vocaciones. Por el contrario, mantenernos atados a nuestros miedos irracionales nos conduce a estados depresivos, o de amargura permanente, que sólo nos producirán infelicidad. Así, señala en un párrafo del libro:
“Qué diferente es surfear la vida por encima de sus olas a vivir sumergido, siempre medio ahogado, vapuleado por las corrientes marinas ¡Gozar la vida o sufrirla como si fuera un mar hostil que nos domina!”
Sobre Rafael Santandreu, autor de El arte de no amargarse la vida
De acuerdo con lo que nos revela su página web y algunas entrevistas en los medios de comunicación, Rafael Santandreu nació hace 42 años en Barcelona, España. Licenciado en psicología, fue profesor en la Universidad Ramón Llull, y estudió y trabajó en el Centro di Terapia Strategica di Arezzo, Italia.
Además de El arte de no amargarse la vida, escribió también el libro Escuela de Felicidad. Actualmente coordina el Centro de Terapia Breve, un equipo de profesionales que aplica terapias efectivas y de corta duración para tratar la ansiedad, la depresión, la baja autoestima, las fobias, etc. Adicionalmente, Santandreu se dedica a la formación de médicos y psicólogos.
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